Mi compañero
Nuevamente estamos aquí frente a frente para tener el valor
de decirnos la verdad, pero...
¡Cómo cuesta hacerlo cuando hay tantas heridas que aún se
mantienen abiertas!
A cada momento te escucho, y me basta tan sólo mirar como
puedes cambiar cuando quiero contarte algo... la verdad es que me ha costado
mucho decidirme a escribir porque no es fácil decir que ya no cuento contigo,
que me provocas temor, y que es tan sólo dolor el que parece que sientes. Mis
palabras no te llegan, o tal vez es que quieres silenciarlas.
Mira... te contaré que hace mucho tiempo antes, tuve a mi
lado un amigo, que fue mi gran consejero. Él sabía mis pesares, mis antasías y
sueños, era todo alegría cuando le contaba mi vida. Y si existían temores me
ayudaba a superarlos. Él sufría conmigo, también reíamos juntos con alguna
travesura. Sabía todas mis cosas... y ese eras tú para mí.
Eras mi compañero, mi amigo, hasta que llegó ese día, ese
maldito momento que confesé con tristeza, que otro amor entró en mi pecho. Ahí
se acabó mi amigo, ahí terminó su consejo. Desde ese maldito momento, nunca más
encontré paz, primero fueron reproches, luego vinieron desprecios, también
otras personas que te dieron su consuelo.
Mira como es la vida, como cambiaron las cosas cuando fuiste
tú quien sintió el dolor de mi rechazo (ese que me hiciste sentir durante un
largo tiempo), ahora lo estabas sintiendo tú.
Mas siguió pasando el tiempo y sin que tú lo notaras dejé
mis sueños a un lado y volví a la realidad, a vivir intensamente, a estremecer
mi cuerpo con tus hermosas palabras, volvía el amigo que tuve, ese a quien
confié mis temores y secretos, no me vuelvas a dejar mi compañero... mi amigo;
dejemos atrás esos malos momentos y volvamos a vivir el amor de nuestro tiempo.
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